El panorama de la Fórmula 1 se prepara para una transformación significativa con el anuncio de la FIA de un endurecimiento histórico de las sanciones para los pilotos a partir de 2025. Esta decisión surge tras incidentes controvertidos, especialmente relacionados con el campeón reinante Max Verstappen, quien enfrentó sanciones sin precedentes por lenguaje inapropiado durante una conferencia de prensa.
Los comentarios de Verstappen sobre su coche durante el Gran Premio de Singapur fueron considerados inaceptables, lo que llevó a un servicio comunitario en Ruanda y obligó a la FIA a reevaluar sus medidas disciplinarias. Las nuevas regulaciones impondrán multas crecientes por mala conducta, comenzando en 40,000 € por la primera infracción y pudiendo alcanzar hasta 120,000 € por violaciones repetidas, además de suspensiones y pérdida de puntos en el campeonato.
Esta represión tiene como objetivo mantener el decoro dentro del deporte, mientras que la FIA busca distinguir la Fórmula 1 de otras formas de entretenimiento, especialmente de la música rap, como lo expresó el presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem. Sus comentarios han suscitado críticas de pilotos como Lewis Hamilton, quien condenó el estereotipo inherente a las declaraciones.
El compromiso de la FIA con una aplicación más estricta es evidente, ya que busca preservar la integridad del deporte mientras navega por la delgada línea entre el espíritu competitivo y el comportamiento respetuoso.