El reciente derby de Madrid entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid concluyó con un dramático empate 1-1, pero no sin controversia significativa. El partido fue temporalmente suspendido debido a disturbios en la multitud, que incluyeron proyectiles lanzados al portero del Real Madrid, Thibaut Courtois. Este incidente opacó el juego en sí, llevando a una amplia cobertura mediática y discusiones sobre el comportamiento de los aficionados.
Los informes destacaron que el partido tuvo que ser detenido durante aproximadamente 15 minutos, con ambos equipos enviados a sus vestuarios mientras las tensiones se intensificaban en las gradas. Courtois, quien anteriormente jugó para el Atlético, fue notablemente atacado por la multitud tras su entusiasta celebración después del primer gol del Real Madrid. La atmósfera fue descrita como tensa, con varios medios etiquetando el evento como un 'escándalo' y un 'derbi vergonzoso.'
A pesar del tumulto, el gol tardío de Ángel Correa salvó un punto para el Atlético, pero el enfoque permaneció en los incidentes fuera del campo en lugar del resultado deportivo. La suspensión del partido y las acciones de ciertos aficionados plantearon preguntas sobre el control de la multitud y la necesidad de regulaciones más estrictas en futuros encuentros.