La gira 'Cowboy Carter' de Beyoncé ha comenzado, mostrando una mezcla de raíces country y herencia negra. La gira, que sigue al lanzamiento de su álbum 'Cowboy Carter', enfatiza temas de propiedad y la celebración de las contribuciones negras a la música country.
El concierto en el SoFi Stadium de Los Ángeles presentó una actuación de tres horas, integrando pistas country de 'Cowboy Carter' con piezas inspiradas en la cultura ballroom de 'Renaissance'. Beyoncé rindió homenaje a Linda Martell y a otros pioneros negros en la música country, expresando gratitud a los fans por permitirle explorar nuevas vías creativas.
'Cowboy Carter' trasciende la música country tradicional, incorporando elementos teatrales y una coreografía elaborada. El espectáculo incluye sonidos de banjo y violín, junto con atuendos con temas de vaqueros, manteniendo un espectáculo de nivel de estadio. Beyoncé retrata a una forastera desafiando a un Viejo Oeste hostil, superando finalmente la exclusión en un duelo simbólico.
El patriotismo se explora simbólicamente, comenzando con 'American Requiem' y pasando a una interpretación del himno nacional estadounidense inspirada en Jimi Hendrix. La familia también es un tema central, con la hija de Beyoncé, Blue Ivy, uniéndose a ella en el escenario y la voz de su hija Rumi Carter apareciendo en 'Protector'. El concierto revisita elementos de la gira 'Renaissance', incluido el caballo Reneigh, e incorpora guiños a Destiny's Child.
El final incluye una versión remezclada de 'Texas Hold 'Em' fusionada con 'Crazy in Love'. Beyoncé concluye el espectáculo volando sobre el estadio en un coche antiguo adornado con la bandera estadounidense, seguido de una actuación de bis con un atuendo con el tema de la bandera estadounidense frente a una Estatua de la Libertad con la nariz y la boca cubiertas. La gira es una representación cuidadosamente elaborada del mensaje del álbum, reforzando el estatus de Beyoncé como una artista única.