El Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos ha concluido su revisión del caso Jeffrey Epstein, determinando que no existen pruebas que respalden la existencia de una lista de clientes incriminatoria ni de chantaje que involucre a personalidades prominentes. La investigación incluyó búsquedas exhaustivas en las bases de datos del FBI y el análisis de pruebas físicas, acumulando más de 300 gigabytes de material.
A pesar de la gran cantidad de datos, incluyendo miles de imágenes y videos relacionados con el abuso sexual infantil, el DOJ no encontró evidencia creíble que respaldara las afirmaciones sobre una lista de clientes. Esto contradice declaraciones previas de la fiscal general Pam Bondi, quien había sugerido la existencia de dicha lista.
El DOJ también reafirmó la conclusión de que Epstein se suicidó en agosto de 2019. El departamento enfatizó su dedicación a la transparencia y la protección de los derechos de las víctimas, afirmando que no se justifican más divulgaciones en este momento. Este anuncio llega tras una investigación que ha generado gran interés en España y Latinoamérica, donde los detalles del caso Epstein han sido ampliamente cubiertos por los medios. La falta de pruebas sobre la lista de clientes podría generar controversia y debate sobre la transparencia y la responsabilidad en casos de alto perfil, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones a veces es cuestionada. En países como Argentina y México, donde la corrupción y la impunidad son temas recurrentes, el cierre de la investigación podría ser recibido con escepticismo y generar preguntas sobre la rendición de cuentas.