La cantante de R&B Cassie, ex novia de Sean "Diddy" Combs, testificó el martes en su juicio por tráfico sexual, detallando años de abuso y explotación sexual. Esto se produce un día después de que surgiera evidencia en video que muestra a Combs agrediéndola en un incidente hotelero en 2016.
Cassie, cuyo nombre legal es Casandra Ventura, es un testigo clave en el caso de la fiscalía. Su objetivo es representar a Combs como alguien que usa su poder para crear un entorno de explotación, obligando a las mujeres a participar en fiestas sexuales abusivas y recurriendo a la violencia cuando se negaban.
El equipo legal de Combs argumenta que, si bien pudo haber sido violento, sus acciones no constituyeron tráfico sexual o crimen organizado. Sostienen que cualquier acto sexual fue consensuado. Combs, de 55 años, se ha declarado no culpable y enfrenta una posible sentencia de 15 años a cadena perpetua si es declarado culpable.
El testimonio de Cassie describió una relación marcada tanto por momentos positivos como por altercados violentos. Conoció a Combs en 2005 cuando ella tenía 19 años y él 37. Él la contrató para su sello Bad Boy Records, y comenzaron a salir poco después.
"Si eran discusiones violentas, generalmente resultaba en algún tipo de abuso físico y arrastre, solo cosas diferentes", testificó Cassie. Ella relató instancias en las que Combs "me aplastaba la cabeza, me derribaba, me arrastraba, me pateaba. Me pisoteaba la cabeza si estaba abajo", causando moretones y ojos morados.
Cassie también describió sentirse presionada a participar en "freak offs" debido a temores de chantaje y violencia. Afirmó que la posibilidad de que se publicaran videos comprometedores en línea era una preocupación constante. Describió a Combs como una "persona polarizadora, también muy encantadora", lo que dificultaba rechazar sus demandas.
El video de vigilancia del hotel de 2016, que muestra a Combs agrediendo a Cassie, se presentó como evidencia clave. Un ex oficial de seguridad del hotel testificó que Combs le ofreció dinero para guardar silencio después de presenciar las consecuencias de la agresión. El juicio continúa con más testimonios y presentación de pruebas.