El príncipe Harry y Meghan Markle han mostrado un frente unido en los Juegos Invictus en Canadá, mostrando afecto y ternura a pesar de las recientes críticas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
La pareja fue vista de la mano e intercambiando besos en el BC Place Stadium de Vancouver, con Meghan incluso presentando a Harry en el escenario con elogios. Habló de su vida diaria, destacando el papel de Harry como padre y esposo, enfatizando su participación en los Juegos Invictus.
Trump, en una entrevista con el New York Post, había criticado a Meghan, llamándola "terrible" y afirmando que no deportaría a Harry, agregando que ya tenía "suficientes problemas con su esposa". Este comentario se produjo en respuesta a una pregunta sobre la visa estadounidense de Harry, que ha sido objeto de escrutinio por parte de la Heritage Foundation, una organización conservadora.
La Fundación ha estado intentando hacer públicos los documentos de solicitud de visa de Harry, alegando que mintió sobre el uso de drogas, una afirmación que admitió en su autobiografía, "Spare". Las personas que confiesan el uso de drogas generalmente se les niega la entrada a los Estados Unidos. Sin embargo, los esfuerzos de la Fundación han sido infructuosos hasta ahora, y la declaración de Trump parece poner fin a la saga.
En su discurso de apertura en los Juegos Invictus, Harry aludió a personas en el poder con "moral débil", posiblemente refiriéndose a Trump. El duque y la duquesa no han respondido públicamente a los comentarios de Trump y continúan su trabajo filantrópico. Después de su exitosa visita a Nigeria, han sido invitados a una gira oficial por Ghana.