Un nuevo libro del biógrafo real Tom Quinn afirma que el hábito de Meghan Markle de abrazar al príncipe William provocó rumores de coqueteo entre el personal del palacio, contribuyendo a la creciente brecha entre los hermanos.
En su libro, "Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants", Quinn cuenta cómo la naturaleza cariñosa de Meghan, que incluía abrazar a William prácticamente cada vez que se encontraban, llevó a susurros sobre una posible aventura. El libro señala que el enfoque táctil de Meghan, común en California, de donde es originaria, se percibió como inusual e incluso inapropiado en el entorno real británico más formal.
El libro cita a miembros del personal del palacio que describieron los abrazos de Meghan como "coqueteos", a pesar de su clara falta de interés romántico en William. El autor sugiere que los chismes y las tensiones resultantes tensaron aún más la ya frágil relación entre los hermanos.
Quinn también revela que los abrazos de Meghan no se limitaban a William. Ella supuestamente intentó abrazar a otros miembros de la familia real, incluido un rígido ecuyer de Eton y el rey Carlos, quienes ambos se encogen ante sus intentos. El autor atribuye esto a una diferencia cultural, la educación californiana de Meghan enfatiza el afecto físico, mientras que la familia real británica es conocida por su comportamiento más reservado.