Un proyecto en España está explorando el uso de residuos alimentarios como ingredientes en nuevos alimentos. El objetivo es reducir el impacto ambiental y utilizar componentes beneficiosos.
Los investigadores están extrayendo compuestos de subproductos del aceite de oliva, tallos de uva, semillas de tomate, hojas de brócoli y otros residuos agrícolas. Estos extractos contienen antioxidantes y propiedades antimicrobianas.
Los extractos han demostrado propiedades antioxidantes y antimicrobianas, lo que podría extender la vida útil de los alimentos. Se ha añadido fibra de residuos de uva a las salsas de tomate.
El siguiente paso implica encontrar empresas que incorporen estos ingredientes en sus productos, promoviendo alimentos más saludables y una economía circular.