Un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania muestra que el reciclaje de residuos de alimentos puede reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
La investigación se centró en Estados Unidos, la Unión Europea y China, evaluando el compostaje, la digestión anaeróbica y la realimentación.
La realimentación de residuos de alimentos adecuados en la alimentación animal reduce la necesidad de alimentos convencionales, conservando recursos.