Hace más de 150 años, fashionistas adineradas de todo el mundo acudían a París para ser vestidas por el modisto Charles Frederick Worth. Fundada en 1858, la casa de moda continuó durante tres generaciones después de su muerte en 1895. Su legado se exhibe ahora en la nueva exposición "Worth: Inventando la alta costura", que se extiende hasta el 7 de septiembre en el Petit Palais, Museo de Arte de París. Esta es la primera retrospectiva de la Casa Worth, organizada en colaboración con el Petit Palais y el Palais Galliera. La exposición está dedicada al 200 aniversario de la Casa Worth.
Charles Frederick Worth, nacido en Inglaterra en 1825, es celebrado como el fundador de la alta costura moderna. Se estableció en París en 1845, trabajando inicialmente en textiles antes de abrir su propia casa de costura en 1858.
Worth revolucionó la moda al introducir colecciones completas presentadas con antelación y utilizando modelos en vivo. También se le atribuye la invención de la crinolina y el miriñaque, elementos clave de las siluetas femeninas del siglo XIX.
Entre su clientela se encontraban la emperatriz Eugenia, la princesa Pauline de Metternich y la condesa Greffulhe, extendiendo su influencia a la nobleza europea y a la aristocracia rusa. En 1868, Worth fundó la Chambre Syndicale de la Couture, allanando el camino para la futura Federación de la Haute Couture et de la Mode.
Su casa de costura, gestionada por sus hijos, operó hasta 1956.