Ghana se enfrenta a una importante crisis ambiental debido a la importación de ropa de segunda mano, conocida localmente como "Oburoni Wawu". El país importa aproximadamente 152.600 toneladas de ropa usada anualmente, lo que lo convierte en un importante centro de este comercio en África. La afluencia de la moda rápida ha provocado una disminución en la calidad de estas prendas, con aproximadamente el 40% convirtiéndose en residuos.
El mercado de Kantamanto en Accra, uno de los más grandes de África, emplea a más de 30.000 personas en el comercio de ropa usada. Sin embargo, los residuos generados plantean serios riesgos ambientales y para la salud. La ropa desechada termina en vertederos, a veces se arroja al océano y, cuando se quema, libera productos químicos nocivos al aire.
En respuesta, diseñadores y organizaciones locales están adoptando el reciclaje creativo, transformando los materiales de desecho en nuevos productos de moda. Eventos como el festival Obroni Wawu de octubre crean conciencia sobre el impacto ambiental de la moda rápida. La Asociación de Comerciantes de Ropa Usada de Ghana (GUDCA) también participa en iniciativas como Landfills2Landmarks 2025, con el objetivo de abordar la gestión de residuos textiles y promover prácticas de economía circular. Esta situación nos recuerda a la problemática que enfrentan muchos países de América Latina, donde la gestión de residuos y la búsqueda de soluciones sostenibles son temas urgentes. La promoción del reciclaje y la economía circular son, por tanto, fundamentales para un futuro más sostenible. En países como Argentina, la conciencia ambiental está creciendo, y cada vez más personas buscan alternativas a la moda rápida.