LG Electronics, un importante fabricante surcoreano de electrónica, ha sido vinculado al controvertido programa de transferencia laboral de China, que ha suscitado una condena generalizada por su uso de trabajo forzado. Esta revelación, derivada de investigaciones, destaca la participación de la empresa en un programa que ha generado importantes preocupaciones sobre derechos humanos.
Según un informe de mayo de 2025 de The Bureau of Investigative Journalism (TBIJ), la fábrica de LG, LG Panda Appliances, en la provincia de Jiangsu, emplea a trabajadores transferidos de Xinjiang bajo este programa. Esto contradice las afirmaciones anteriores de LG de haber cortado lazos con proveedores implicados. La investigación demostró que LG Panda Appliances es una de al menos 75 fábricas en China que utilizan trabajadores uigures, kazajos y kirguises.
En respuesta a estos hallazgos, LG adoptó principios de derechos humanos en julio de 2024, alineándose con los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos. Estos principios prohíben la discriminación, el acoso, el trabajo forzado y el trabajo infantil. El Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. añadió dos entidades chinas a la Lista de Entidades de la Ley de Prevención del Trabajo Forzado Uigur (UFLPA) en octubre de 2024. La UE promulgó un reglamento en diciembre de 2024 para prohibir los productos fabricados con trabajo forzado en el mercado de la Unión.
Estos acontecimientos subrayan los esfuerzos globales en curso para abordar el trabajo forzado en las cadenas de suministro. LG Electronics se enfrenta a un escrutinio para garantizar que sus operaciones no contribuyan a abusos contra los derechos humanos. El compromiso de la empresa con los derechos humanos y las regulaciones internacionales refleja una creciente necesidad de responsabilidad corporativa.