La Tate St Ives y la Tate Britain albergan este año exposiciones dedicadas a la artista surrealista británica Ithell Colquhoun (1906-1988), mostrando su mezcla única de arte y exploración mística. Colquhoun, que llegó a Inglaterra desde la India cuando era niña, estuvo profundamente influenciada por el "Renacimiento Oculto" de finales del siglo XIX y principios del XX, incorporando elementos del druidismo, la teosofía, la cábala y el folclore celta en su obra.
El arte de Colquhoun, a menudo descrito como profundamente extraño, refleja su fascinación por el inconsciente y su creencia en reinos ocultos listos para ser descubiertos. Sus primeras obras, influenciadas por William Blake y Henry Fuseli, trataban sobre la mitología y presentaban figuras musculosas. Más tarde experimentó con el automatismo, utilizando técnicas como la decalcomanía para crear imágenes inquietantes y de otro mundo.
En la década de 1940, Colquhoun se mudó a Cornualles, donde quedó cautivada por las piedras erguidas y la mitología celta de la región. Sus pinturas, como "Paisaje con antigüedades (Lamorna)" y "Danza de las nueve opalas", representan estas estructuras antiguas como conductos de poder subterráneo y energía espiritual.
El arte de Colquhoun, impregnado de sus creencias místicas, ofrece una perspectiva única sobre la intersección del arte, la magia y el mundo natural. Sus exposiciones en la Tate ofrecen una mirada a la mente de una artista que buscó desentrañar los secretos del universo a través de su arte.