Estudios recientes subrayan el impacto de las tormentas solares en la tecnología moderna, especialmente en las comunicaciones móviles. Las tormentas solares, causadas por explosiones de energía en la superficie del Sol, pueden alterar los campos magnéticos de la Tierra, teniendo consecuencias significativas para el uso diario de la tecnología.
Una de las consecuencias más probables de una tormenta solar es la pérdida de cobertura móvil. Las partículas cargadas emitidas por el Sol pueden interferir con las señales de radiofrecuencia utilizadas por los satélites y las torres de telecomunicaciones, lo que podría resultar en cortes temporales de red en áreas específicas.
Los satélites de comunicaciones son especialmente vulnerables durante las tormentas solares. Si un satélite responsable de gestionar las comunicaciones móviles experimenta fallos, podría interrumpir los servicios telefónicos en grandes regiones, dependiendo de la magnitud y duración de la tormenta.
Los sistemas de navegación GPS son también sensibles a las tormentas solares, ya que dependen de señales precisas enviadas por los satélites en órbita, susceptibles a interferencias geomagnéticas que pueden degradar su precisión. Durante una tormenta intensa, las aplicaciones de mapas podrían ubicar a los usuarios de forma errónea o tener problemas para conectarse al GPS, y en caso de una tormenta extremadamente severa, los sistemas de navegación GPS podrían quedar inoperativos durante horas o incluso días.
Además, las tormentas solares pueden causar daños en la red eléctrica, complicando la carga de los móviles. Las corrientes inducidas en las líneas de alta tensión pueden dañar transformadores y provocar apagones que impidan cargar el móvil a menos que se utilicen baterías externas.
Los cargadores de móviles también son vulnerables a picos de voltaje generados por tormentas severas. En el peor de los casos, un aumento repentino de tensión podría dañar el cargador si no se utiliza un protector de sobretensión.
Aunque es menos probable, una tormenta solar extremadamente intensa podría causar daños directos al hardware de los móviles. Este tipo de daños se deben principalmente a las corrientes inducidas por pulsos electromagnéticos, que podrían sobrecalentar circuitos internos o inutilizar algunos componentes específicos.
Los móviles modernos están diseñados para resistir niveles normales de interferencia electromagnética, por lo que solo deberías preocuparte por la salud de tu móvil en caso de una tormenta solar muy extrema. Eventos históricos, como el Evento Carrington de 1859, destacan el daño potencial de las tormentas solares severas, que destruyeron el telégrafo y causaron fenómenos visuales en los cielos.