Un experimento innovador realizado por físicos en China ha revelado que las partículas de luz pueden existir simultáneamente en 37 dimensiones, ampliando los límites de la mecánica cuántica y desafiando nuestra comprensión del universo.
El experimento, detallado en la revista Science Advances, tenía como objetivo demostrar la naturaleza no clásica de la mecánica cuántica. Este campo estudia el comportamiento de las partículas a nivel subatómico, mientras que la relatividad general describe los fenómenos a gran escala en la teoría clásica. El concepto de "realismo local" explica cómo los eventos ocurren en un orden y forma predecibles.
Durante décadas, los científicos han buscado unificar estas dos teorías, pero la investigación ha demostrado que las diferencias entre ellas son aún mayores de lo que se pensaba anteriormente. El equipo chino investigó hasta qué punto la mecánica cuántica se desvía de la teoría clásica realizando un experimento diseñado para demostrar la paradoja de Greenberger-Horne-Zeilinger (GHZ).
El estado GHZ, desarrollado en 1989, describe un estado cuántico entrelazado que involucra al menos tres subsistemas. Este estado predice resultados que desafían la teoría clásica, como imposibilidades matemáticas, incluida la cálculo de 1 siendo igual a -1, lo que lleva a una paradoja.
Para demostrar esta paradoja en un contexto real, los investigadores idearon un método para generar fotones capaces de existir en 37 dimensiones. Utilizaron luz láser, entrelazamiento cuántico y un procesador fotónico fabricado con fibra óptica, lo que los diferencia de los humanos, que existen en tres dimensiones espaciales y una dimensión temporal.
Este experimento arroja luz sobre diversos aspectos de la teoría cuántica a un nivel más profundo. Sugiere que la mecánica cuántica es aún más "no clásica" de lo que se creía anteriormente, planteando nuevas preguntas y abriendo caminos para futuras investigaciones.