La gamba mantis, un depredador oceánico pequeño pero poderoso, posee una habilidad única para golpear a sus presas con una fuerza increíble sin hacerse daño a sí misma. Investigadores de EE. UU. y Francia descubrieron, en febrero de 2025, que el secreto reside en una microestructura especializada dentro del dáctilo de la gamba, el apéndice con forma de martillo que utiliza para golpear.
Esta microestructura proporciona un blindaje fonónico, amortiguando las ondas acústicas y debilitando el retroceso. Utilizando láseres, los científicos observaron la respuesta de la estructura en menos de una milmillonésima de segundo, revelando su capacidad para evitar que las ondas de energía de ciertas frecuencias la atraviesen. Los hallazgos desafían la creencia de que los metamateriales, que guían el flujo de energía, se crean únicamente en el laboratorio.
El descubrimiento tiene aplicaciones potenciales en el desarrollo de materiales sintéticos de filtrado de sonido para equipos de protección. Esto podría conducir a mejores orejeras para soldados y a nuevos enfoques para reducir las lesiones relacionadas con explosiones tanto en entornos militares como deportivos. Los investigadores están trabajando ahora en estructuras biomiméticas inspiradas en la gamba mantis, explorando cómo estas estructuras atrapan las ondas y convierten la energía atrapada en otras formas.