Descubrimiento en investigación sobre grafeno por estudiante podría revolucionar la computación cuántica

Editado por: Vera Mo

En un giro notable de los acontecimientos, Ruiheng Su, un estudiante de la Universidad de Columbia Británica, ha hecho un descubrimiento revolucionario en el ámbito de la física cuántica mientras trabajaba bajo la dirección del profesor Joshua Folk. Sus hallazgos sobre el grafeno—un material conocido por su excepcional resistencia y conductividad—podrían alterar significativamente nuestra comprensión del comportamiento de los electrones en esta extraordinaria sustancia.

El grafeno, compuesto por átomos de carbono dispuestos en un entramado de panal, ha sido objeto de un intenso estudio desde su descubrimiento en 2004. La investigación de Su implicó manipular capas de grafeno torcidas, lo que llevó a la revelación de que los electrones pueden quedar 'congelados' en su lugar mientras permiten que la corriente fluya sin esfuerzo a lo largo de los bordes del material sin resistencia.

Este fenómeno, denominado cristal electrónico topológico, representa un nuevo estado exótico de la materia en el que los electrones permanecen organizados en un patrón fijo, pero continúan transportando electricidad en la periferia. Este comportamiento nunca antes se había documentado en sistemas similares.

Para entender este fenómeno, es necesario conocer la topología—un campo matemático que estudia las propiedades de los objetos que no cambian aunque sean deformados. En los hallazgos de Su, la estructura electrónica se comporta como un anillo cerrado, permitiendo que los electrones circulen por los bordes sin obstáculos, similar a un donut que no puede convertirse en un pretzel sin romperse.

Matthew Yankowitz, uno de los investigadores principales del proyecto, comparó los caminos de los electrones con una cinta de Möbius, una figura geométrica que tiene un solo lado continuo. Esta característica permite que los electrones sigan trayectorias sin perder energía en forma de calor, una propiedad fundamental para muchas aplicaciones futuras.

Es importante destacar que este descubrimiento va más allá de la curiosidad académica. La capacidad de los electrones para organizarse de manera estable podría abrir la puerta al desarrollo de computadoras cuánticas más robustas y eficientes. Uno de los mayores desafíos en la computación cuántica es la fragilidad de los qubits—las unidades básicas de información. Si los electrones en el grafeno pueden mantener su organización y resistir interferencias, podrían servir como base para nuevos tipos de qubits topológicos.

Además, la conducción sin resistencia de los electrones en los bordes del material podría aplicarse a circuitos electrónicos con una eficiencia energética mucho mayor. En teoría, esto revolucionaría la industria de la electrónica al minimizar el desperdicio de energía en forma de calor.

Lo más sorprendente de este hallazgo es que fue realizado por un estudiante universitario en el marco de un experimento aparentemente rutinario. La curiosidad y meticulosidad de Su llevaron a un descubrimiento que ahora está siendo publicado en revistas científicas de alto impacto.

Este hallazgo es un recordatorio de que los avances científicos significativos pueden surgir de la curiosidad y el pensamiento crítico, y no solo de equipos sofisticados o grandes presupuestos. La participación de jóvenes investigadores en proyectos de vanguardia enriquece el campo y subraya la idea de que la ciencia prospera gracias a la curiosidad, independientemente de la experiencia del descubridor.

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