En un experimento innovador realizado en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), los físicos han puesto a prueba rigurosamente los fundamentos de la teoría de la relatividad especial de Einstein, que ha perdurado durante 120 años. El LHC, el acelerador de partículas más potente del mundo, se utilizó para explorar el comportamiento de los verdaderos quarks, las partículas fundamentales más pesadas del universo, con masas aproximadamente 340,000 veces mayores que las de un electrón.
Los investigadores buscaron determinar si pares de verdaderos quarks podían violar la simetría de Lorentz, un aspecto clave de la teoría de Einstein. La simetría de Lorentz postula que las leyes de la física permanecen invariantes bajo ciertas transformaciones. Cualquier desviación de este principio sugeriría la existencia de nueva física más allá del Modelo Estándar de la física de partículas.
El experimento consistió en monitorear las tasas de producción de pares de verdaderos quarks durante las colisiones de protones, examinando específicamente las variaciones a lo largo del día. A medida que la Tierra rota, la dirección de los haces de protones y las partículas resultantes cambiarían en relación con un observador. Si existiera una dirección específica en el espacio-tiempo, no contemplada por la relatividad, las tasas de producción fluctuarían en consecuencia.
Sin embargo, tras analizar los datos, los físicos no encontraron evidencia de tales variaciones. La tasa de producción de pares de verdaderos quarks se mantuvo constante, reafirmando la simetría de Lorentz y apoyando las teorías de Einstein. Este resultado refuerza la validez de la física establecida, al tiempo que señala la necesidad de continuar la exploración en el campo.
En otro desarrollo significativo, los investigadores han identificado una nueva forma de superconductividad en un metal bien conocido, ofreciendo perspectivas que podrían conducir a avances en la electrónica y la ciencia de materiales. Este descubrimiento podría abrir la puerta a aplicaciones innovadoras en tecnología, mejorando la eficiencia de los dispositivos electrónicos.
Además, los científicos informaron sobre una misteriosa explosión de rayos X detectada a 12.5 mil millones de años luz de la Tierra, que desafía las explicaciones actuales y presenta un área intrigante para investigaciones futuras.