Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia y la Universidad de Rutgers, publicado el 5 de mayo de 2025, arroja luz sobre cómo las parejas románticas pueden influir en la predisposición genética de un individuo al consumo nocivo de alcohol [1, 4]. La investigación indica que los hábitos, los rasgos de personalidad y el bienestar mental de una pareja pueden amplificar o disminuir la influencia de los factores de riesgo genéticos para el consumo excesivo de alcohol [1]. Estos hallazgos pueden conducir a estrategias revisadas en la terapia de pareja y los programas de intervención en alcohol [1, 4].
El estudio, que analizó datos de gemelos finlandeses en relaciones a largo plazo, reveló que el consumo frecuente de alcohol o tabaco por parte de una pareja aumentaba la probabilidad de consumo de alcohol y consumo excesivo de alcohol en la otra [1, 4]. Además, el riesgo genético de consumo excesivo de alcohol tuvo un efecto más pronunciado cuando las parejas exhibieron rasgos como fumar, menor escrupulosidad o mayor angustia psicológica [1].
Estas ideas subrayan las intrincadas formas en que las parejas románticas pueden moldear los comportamientos de salud de cada uno [1, 4]. El estudio sugiere que las intervenciones dirigidas a parejas deben considerar estas dinámicas para promover resultados más saludables y apoyar la abstinencia [1, 2, 3]. La Terapia Conductual de Pareja (TCP) está diseñada para mejorar las relaciones al tiempo que se construye el apoyo para la abstinencia [2, 3, 6]. Esto implica aumentar las actividades positivas y mejorar la comunicación entre las parejas [2, 3].