El proyecto de autoinmunización de casi dos décadas de un hombre que involucra veneno de serpiente ha allanado el camino para un potencial antiveneno universal [1, 2]. Tim Friede, durante más de 18 años, se inyectó veneno de varias serpientes mortales, con un total de 856 inyecciones, lo que impulsó a su cuerpo a producir una amplia gama de anticuerpos valiosos [1, 2, 4].
Científicos de la Universidad de Columbia y Centivax recolectaron estos anticuerpos para crear un novedoso cóctel de antiveneno [1, 2, 5]. El antiveneno experimental protegió a ratones contra 13 de 19 especies de serpientes mortales en ensayos [1, 2]. Estas especies están clasificadas por la Organización Mundial de la Salud como las más mortales dentro de la familia de los elápidos [1, 3]. El equipo cree que la incorporación de un cuarto componente podría conducir a un antiveneno verdaderamente universal [1].
Este enfoque innovador tiene el potencial de revolucionar el tratamiento de las mordeduras de serpiente, ofreciendo una solución única en lugar de almacenar varios antivenenos específicos para cada especie [1, 2, 5]. También evita los problemas de compatibilidad a menudo asociados con los antivenenos tradicionales derivados de animales [2, 6]. Los investigadores ahora se centran en refinar el cóctel de antiveneno y explorar la posibilidad de desarrollar dos antivenenos separados adaptados a diferentes familias de serpientes [1]. La investigación fue publicada en la revista Cell el 2 de mayo de 2025 [1, 2, 3].