Nuevo estudio revela proceso de envejecimiento no lineal

Editado por: Maria Sagir🐬 Mariamarina0506

Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford ha desafiado las percepciones tradicionales sobre el envejecimiento, sugiriendo que ocurre en dos fases distintas en lugar de gradualmente. Los investigadores, liderados por el profesor Michael Snyder, siguieron a más de 100 personas de entre 25 y 75 años durante un máximo de siete años, descubriendo que el 81% del envejecimiento celular ocurre de manera abrupta a los 44 y 60 años.

La primera ola de envejecimiento a los 44 años resulta en un declive significativo en la salud de la piel, muscular y cardiovascular, junto con una mayor dificultad para metabolizar grasas, alcohol y cafeína. Aunque inicialmente se pensó que esto estaba relacionado con cambios perimenopáusicos en las mujeres, se observaron patrones similares en los hombres.

La segunda ola a los 60 años se caracteriza por una disminución de la inmunidad y la función renal, lo que puede explicar la mayor vulnerabilidad a enfermedades como la COVID-19 en adultos mayores.

El profesor Snyder notó que las elecciones de estilo de vida juegan un papel crucial en este proceso de envejecimiento. Atribuyó los declives observados en los 40 a un estilo de vida más sedentario y hábitos alimenticios poco saludables.

La Dra. Sheena Burnell, experta en longevidad de Brisbane, expresó entusiasmo por los hallazgos del estudio, que resuenan con sus observaciones clínicas. Ella notó que muchos pacientes informan que se vuelve más difícil mantener la salud después de los 60 años.

Burnell enfatizó la importancia de medidas proactivas, como el entrenamiento de fuerza y una dieta equilibrada, para combatir el envejecimiento en estas etapas críticas. Ella aboga por una dieta mediterránea basada en plantas, movimiento regular y priorizar el sueño.

El estudio, que analizó 250 millones de puntos de datos, proporciona información detallada sobre los cambios moleculares durante el envejecimiento. Tanto Snyder como Burnell coinciden en que, aunque el envejecimiento es inevitable, muchos factores son manejables o incluso reversibles.

Mantener conexiones sociales y un propósito en la vida también se destacan como componentes vitales de la longevidad. Los residentes de las llamadas 'zonas azules', áreas conocidas por su alta longevidad, a menudo exhiben fuertes lazos comunitarios, que contribuyen a su salud y bienestar.

En última instancia, los investigadores sugieren que cómo las personas perciben su edad puede tener un impacto significativo en su salud, con una mentalidad positiva que potencialmente extiende la esperanza de vida.

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