Investigadores de la Universidad de Heidelberg han descubierto la evidencia más antigua conocida de contaminación por plomo en el medio ambiente, que data de hace aproximadamente 5,200 años, según Ekathimerini.
En la antigüedad, el plomo se liberaba a la atmósfera como un subproducto de la fundición de minerales de cobre y plata, y luego se condensaba como polvo acumulándose en el suelo.
Joseph Maran, arqueólogo de la Universidad de Heidelberg, comentó: "La plata se utilizaba para joyería y objetos especiales, pero no se encontraba en forma pura; se extraía de mineral combinado con plomo."
El humedal de Filippi, ubicado en el noreste de Grecia cerca de la isla de Tasos, es donde se encontraron las primeras huellas de contaminación por plomo. Evidencias arqueológicas anteriores han mostrado que Tasos fue uno de los sitios más significativos de la región para la extracción y procesamiento de plata, según Maran.
Los investigadores descubrieron que los niveles de contaminación por plomo se mantuvieron relativamente bajos y localizados en la antigua Grecia, considerada la cuna de la civilización europea, durante la Edad de Bronce, el período clásico y el período helenístico.
El período clásico es conocido por la democracia ateniense y figuras como Sócrates y Platón, mientras que el período helenístico vio alcanzar su punto máximo la influencia cultural griega en toda la región mediterránea.
Sin embargo, hace aproximadamente 2,150 años, los investigadores identificaron un "aumento muy fuerte y repentino" en las emisiones de plomo atribuidas a actividades humanas en toda Grecia, comentó Andreas Koutodendris de la Universidad de Heidelberg.
Alrededor de esta época, en 146 a.C., el ejército romano conquistó la península griega, transformando la sociedad y economía de la región, lo que aumentó la demanda de monedas de plata y, en consecuencia, la contaminación.
Investigaciones anteriores, incluidas las análisis de núcleos de hielo de Groenlandia, revelaron altos niveles de plomo en gran parte del hemisferio norte durante la era romana. Sin embargo, la nueva investigación proporciona una "imagen más específica y localizada de cómo cambiaron los niveles de plomo", afirmó Nathan Chelman, científico ambiental de la Universidad de Nevada, que no participó en el estudio.