Casco raro de la Edad de Hierro descubierto en Norfolk

Investigadores del Museo Británico han desenterrado un raro casco de la Edad de Hierro entre los tesoros excavados en Snettisham, Norfolk, como parte de un proyecto de 15 años. Los artefactos, compuestos principalmente de torques de oro, plata y bronce, fueron descubiertos entre 1948 y la década de 1990. Fragmentos de aleación de cobre, inicialmente considerados parte de un vaso, se revelaron como parte del rompecabezas arqueológico.

El Dr. Jody Joy, curador de artefactos de la Edad de Hierro europeo, expresó su emoción por el descubrimiento del casco, afirmando que fue uno de los momentos más emocionantes de sus ocho años en la institución. La Dra. Farley destacó la extrema rareza de los cascos de esta época, enfatizando que los hallazgos muestran la avanzada artesanía de los artesanos de la Edad de Hierro, incluidas técnicas como el dorado con mercurio. 'No sabíamos que podían hacer esto en el Reino Unido hace 2000 años,' comentó.

El Dr. Joy sugirió que el casco podría no haber estado completo cuando fue enterrado, lo que podría indicar que era un objeto heredado o que se utilizó como contenedor para otros materiales. La mayoría de los tesoros fueron enterrados alrededor del 60 a.C., con algunas piezas que datan del inicio del período romano, representando una de las mayores concentraciones de metales preciosos de la Europa prehistórica.

A pesar de su importancia, estos tesoros nunca se publicaron completamente, lo que llevó a una colaboración entre el Museo Británico y el Museo del Castillo de Norwich, que también alberga algunos de los hallazgos. Además del casco, el proyecto incluyó un examen minucioso de los torques utilizando tecnología científica avanzada, revelando detalles como patrones de desgaste que indican un uso prolongado o intenso.

Entre los hallazgos hay al menos 400 torques, de los cuales más de 60 están intactos o casi intactos, incluido el Snettisham Great Torc, uno de los objetos de oro más elaborados del mundo antiguo. Además, los investigadores confirmaron que los torques eran usados por hombres, mujeres y jóvenes, no solo por hombres de alto estatus. La concentración de torques en Ken Hill, donde se encontró el 80 % de ellos, sugiere que eran objetos valiosos enterrados como ofrendas en un lugar sagrado.

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