Comprender cómo las plantas y los hongos colaboran para intercambiar nutrientes puede conducir a una agricultura más sostenible.
Científicos han descubierto el mecanismo detrás de cómo las plantas activan los genes necesarios para una relación simbiótica con los hongos del suelo, llamada micorriza arbuscular. Esta asociación permite a las plantas absorber mejor los nutrientes, especialmente el fósforo, del suelo, mientras que los hongos reciben lípidos ricos en energía de las plantas. Esta simbiosis es crucial porque ayuda a que más del 80% de las plantas terrestres prosperen.
La clave de este intercambio reside en estructuras llamadas arbúsculos, donde las plantas y los hongos intercambian nutrientes. La proteína RAM1, un factor de transcripción (una proteína que activa los genes), es vital para el desarrollo de los arbúsculos y el intercambio de nutrientes. Sin embargo, antes se desconocía cómo RAM1 regulaba la expresión génica, ya que no puede unirse directamente al ADN.
Los investigadores descubrieron que RAM1 forma complejos con los factores de transcripción WRI, que *pueden* unirse al ADN. Esta interacción permite a RAM1 controlar la activación de genes esenciales para el intercambio de nutrientes durante la formación de arbúsculos. Según Caroline Gutjahr, "Nuestro trabajo ofrece una visión detallada del sistema de control molecular que gobierna una de las asociaciones más beneficiosas de la naturaleza".
Este descubrimiento tiene implicaciones significativas para la agricultura sostenible. Al comprender cómo se coordinan estas redes de genes, los científicos pueden potencialmente criar o diseñar cultivos que sean mejores para formar relaciones simbióticas con los hongos. Esto podría conducir a una menor dependencia de los fertilizantes químicos, que son perjudiciales para el medio ambiente.