Antepasado de mariposa antigua encontrado en heces fosilizadas, reescribiendo la evolución de los insectos

Editado por: Katia Remezova Cath

El descubrimiento de excrementos fosilizados de 236 millones de años de antigüedad que contienen escamas de mariposa revela un origen mucho más temprano para las mariposas y polillas, proporcionando información sobre su supervivencia después de un evento de extinción masiva. Este hallazgo nos ayuda a comprender cómo la vida se adapta y evoluciona, ofreciendo valiosos conocimientos sobre la historia de nuestro planeta y sus habitantes. En el corazón del Parque Nacional Talampaya de Argentina, los paleontólogos desenterraron un hallazgo notable: excrementos fosilizados, o coprolitos, que datan de hace 236 millones de años. Estos coprolitos, restos de animales herbívoros, contenían un secreto sorprendente. El análisis microscópico reveló pequeñas escamas, similares a las que se encuentran en las mariposas y polillas modernas, incrustadas dentro de los desechos fosilizados. Este descubrimiento retrasa la línea de tiempo conocida para el orden Lepidoptera, que incluye mariposas y polillas, en aproximadamente 35 millones de años. Anteriormente, la evidencia física más antigua databa del período Jurásico temprano. Estudios genéticos habían sugerido un origen aún más temprano, hace unos 241 millones de años. El hallazgo argentino cierra una brecha significativa en el registro fósil. La especie Ampatiri eloisae, como la nombraron los investigadores, vivió poco después de la extinción del Pérmico, el evento de extinción más devastador en la historia de la Tierra. La presencia de estas primeras mariposas sugiere que ya habían desarrollado una probóscide, el largo tubo de alimentación enrollado que las mariposas modernas usan para beber néctar. Curiosamente, las flores no existían durante el período Triásico. En cambio, estas primeras mariposas probablemente se alimentaban de gotitas azucaradas producidas por plantas primitivas. Este hallazgo desafía la comprensión anterior de la probóscide como una adaptación únicamente para la polinización de las flores, lo que sugiere que evolucionó antes como un mecanismo de supervivencia. Este descubrimiento destaca la resiliencia de la vida y su capacidad para adaptarse a entornos desafiantes. Subraya la importancia de examinar incluso los restos más modestos del pasado, ya que pueden contener pistas cruciales para comprender la historia de la vida en la Tierra. El estudio de Ampatiri eloisae proporciona una nueva perspectiva sobre la evolución de las mariposas, revelando sus orígenes como supervivientes de una extinción masiva, no solo como adornos coloridos de un mundo florecido.

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