Investigadores de la Universidad de California, San Francisco (UCSF), han desarrollado un revolucionario tratamiento contra el cáncer que utiliza células grasas modificadas genéticamente para matar de hambre a los tumores. Este nuevo enfoque implica transformar las células grasas blancas, que almacenan energía, en células grasas "beige" que queman calorías de forma agresiva para producir calor. Estas células modificadas, cuando se implantan cerca de los tumores, consumen los mismos nutrientes de los que dependen las células cancerosas, lo que efectivamente mata de hambre a los tumores y conduce a su desaparición.
La inspiración para esta técnica proviene de la liposucción y la cirugía estética, donde las células grasas se extraen y se reintroducen en ubicaciones específicas. El equipo de la UCSF utilizó la tecnología de edición genética CRISPR para activar genes latentes en las células grasas blancas, convirtiéndolas en células grasas beige. Estas células modificadas, llamadas UCP1, se probaron junto con células cancerosas en un entorno de laboratorio controlado, donde ambos tipos de células compartían una única fuente de nutrientes. Los resultados fueron asombrosos: la mayoría de las células cancerosas murieron, lo que llevó al equipo a repetir el experimento varias veces para confirmar sus hallazgos.
Las pruebas de laboratorio demostraron que las células grasas beige eliminaban con éxito varios tipos de cáncer, incluidas dos formas de cáncer de mama, así como células cancerosas de colon, páncreas y próstata. Sin embargo, los investigadores no estaban seguros de si se podrían obtener los mismos resultados en un entorno biológico más realista. Para probar esto, desarrollaron organoides de grasa: grupos compactos de células grasas modificadas genéticamente, diseñados para ser implantados en sujetos de prueba vivos. Cuando se implantaron en ratones, la grasa modificada logró matar de hambre a los tumores, lo que condujo a la eliminación de las células cancerosas de mama, páncreas y próstata.
Los investigadores creen que este enfoque podría ser particularmente valioso para tratar los cánceres agresivos y resistentes al tratamiento, incluidos ciertos tumores cerebrales. "Las aplicaciones potenciales de las células grasas en la terapia son ilimitadas", concluyó Nadav Ahituv, profesor de bioingeniería en la UCSF y director del Instituto de Genética Humana de la universidad.