Reconstrucción del 'Hombre Dragón' ofrece perspectivas sobre la evolución humana

Editado por: Надежда Садикова

Los científicos han reconstruido el rostro de un ancestro humano perdido hace mucho tiempo apodado "Hombre Dragón", que se cree que desempeñó un papel crucial en la evolución de nuestra especie. El cráneo de Harbin, un fósil humano de 150,000 años descubierto en China en 1933, sirvió como base para esta fascinante reconstrucción.

El paleoartista John Gurche, conocido por sus esculturas hiperrealistas, recreó el rostro de este antiguo homínido utilizando una réplica de plástico del cráneo de Harbin. El proceso involucró un análisis detallado de las proporciones y la estructura ósea, como la relación entre el tamaño del ojo y la órbita, una característica que se encuentra tanto en monos africanos como en humanos modernos. Gurche superpuso músculos sobre el cráneo, utilizando marcas dejadas por la actividad de masticación para estimar la forma de la cara. El resultado es una imagen realista y basada en la ciencia, que marca un paso importante en la comprensión de los denisovanos.

El cráneo de Harbin fue descubierto durante el trabajo de un obrero en Harbin, China, en 1933, pero lo escondió en un pozo para protegerlo. Solo fue redescubierto en 2018 cuando el obrero, en su lecho de muerte, reveló la historia a su nieto. El cráneo, extremadamente bien conservado, tiene dimensiones similares a las de un humano moderno, pero presenta características distintas, como una boca más ancha y una frente más prominente.

Si bien no hay evidencia genética directa que confirme que el fósil pertenece a los denisovanos, las similitudes morfológicas con otros hallazgos, como una mandíbula de la cueva de Xiahe en la meseta tibetana, sugieren esta afiliación. La mandíbula, datada en 160,000 años, fue identificada como denisovana utilizando técnicas avanzadas que analizan proteínas fósiles en ausencia de ADN viable.

Los denisovanos vivieron entre 200,000 y 25,000 años atrás y se extendieron por diversas regiones, incluyendo el sudeste asiático, Siberia y Oceanía. Su ADN, secuenciado por primera vez en 2010 a partir de un hueso de dedo de 60,000 años encontrado en la cueva de Denisova, ha sido identificado en proporciones significativas en poblaciones modernas de Papúa Nueva Guinea y otras áreas. Los investigadores creen que la mezcla genética entre denisovanos y Homo sapiens contribuyó a la adaptación de los humanos modernos a nuevos entornos, como las altas altitudes de la meseta tibetana.

Sin embargo, los fósiles de denisovanos son extremadamente raros, lo que complica la investigación. A diferencia de los neandertales, de los cuales hay cientos de restos fósiles, los denisovanos están representados solo por algunos huesos y fragmentos dentales. El cráneo de Harbin, considerado el fósil denisovano más completo jamás descubierto, ofrece una oportunidad única para explorar más a fondo esta rama del árbol genealógico humano.

A pesar de los avances, muchas preguntas permanecen sin respuesta. ¿Cómo lograron los denisovanos viajar distancias tan grandes, desde Siberia hasta Oceanía? ¿Y por qué desaparecieron a pesar de las interacciones cercanas con Homo sapiens? Los investigadores enfatizan que se necesitan más descubrimientos para desvelar completamente la historia de estos enigmáticos antepasados.

¿Encontró un error o inexactitud?

Consideraremos sus comentarios lo antes posible.