Un estudio reciente sugiere que la Tierra pudo haberse formado con los componentes necesarios para el agua, desafiando la teoría predominante de que nuestro planeta recibió la mayor parte de su agua de fuentes externas como cometas y asteroides. La investigación, publicada en la revista Icarus el 16 de abril de 2025, se centra en un tipo raro de meteorito conocido como condritas de enstatita.
Las condritas de enstatita comparten una composición similar a la de la Tierra primitiva (hace aproximadamente 4.550 millones de años) y contienen una cantidad significativa de hidrógeno. Investigadores de la Universidad de Oxford han descubierto que este hidrógeno, unido al azufre dentro de los meteoritos, podría haber reaccionado con el oxígeno en la Tierra primitiva para producir abundante agua. Esto sugiere que el agua de la Tierra podría haber tenido su origen en el interior, en lugar de ser entregada por colisiones con cuerpos helados del sistema solar exterior.
Estos hallazgos indican que los planetas rocosos que se forman en los sistemas solares interiores podrían acumular naturalmente los componentes básicos para el agua. Esto podría aumentar enormemente el potencial de condiciones habitables en otros sistemas planetarios. Sin embargo, algunos científicos se muestran cautelosos, señalando que las condritas de enstatita son susceptibles a la contaminación terrestre, lo que podría afectar la precisión de las mediciones de hidrógeno.