Estados Unidos ha comenzado a compartir inteligencia altamente clasificada sobre las operaciones espaciales chinas y rusas con sus aliados de los "Cinco Ojos": el Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Esta medida, descrita por el ejército estadounidense como una decisión histórica, se produce en medio de crecientes preocupaciones sobre la militarización del espacio, particularmente por parte de China.
Anteriormente, esta inteligencia, gestionada por Space Delta 9, una división de la Fuerza Espacial de EE. UU. centrada en la guerra orbital, estaba estrictamente limitada al personal estadounidense con autorizaciones de seguridad de alto nivel. Ahora, estos aliados tendrán acceso a datos confidenciales e información sobre las actividades de los satélites chinos y rusos.
El vicemariscal del aire Johnny Stringer, comandante adjunto del Comando Aéreo Aliado de la OTAN para el Reino Unido, recibió recientemente informes sobre un programa estadounidense que rastrea los satélites de otras naciones. Estados Unidos está particularmente preocupado por la naturaleza de doble uso de algunos satélites, que pueden estar disfrazados de plataformas de comunicaciones civiles, pero que en realidad están desempeñando funciones militares. El coronel Ramsey Horn, comandante de Space Delta 9, declaró que Estados Unidos debe estar preparado para un posible conflicto en el espacio, enfatizando la capacidad de derrotar a los adversarios. Este intercambio de inteligencia tiene como objetivo fortalecer la cooperación y la asistencia mutua entre los aliados para abordar las vulnerabilidades y contrarrestar las amenazas en el espacio.