El 8 de julio de 2025, Grecia se enfrentó a una severa ola de calor, lo que obligó a tomar medidas significativas para proteger la seguridad pública y el patrimonio cultural. La icónica Acrópolis de Atenas se cerró temporalmente de la 1 p.m. a las 5 p.m. hora local debido a las altas temperaturas.
Las temperaturas en Atenas alcanzaron los 38°C (100.4°F), con pronósticos que predecían máximas de hasta 42°C (107.6°F) en algunas regiones. Esta fue la segunda ola de calor que impactó a Grecia desde finales de junio, lo que suscita preocupación por la salud pública y el impacto en el turismo, vital para la economía griega.
El Ministerio de Trabajo ordenó una suspensión laboral de 12 p.m. a 5 p.m. para los trabajadores al aire libre, incluyendo personal de construcción y servicios de entrega. Se emitieron advertencias de alto riesgo de incendios forestales para áreas como la Gran Atenas, Grecia central y el Peloponeso, con el departamento de bomberos gestionando hasta 50 incendios diarios. La situación recuerda a las recientes olas de calor en España y otros países mediterráneos, y la necesidad de tomar precauciones.
En España, la situación en Grecia resuena con las experiencias recientes, donde también se han implementado medidas similares para proteger a los trabajadores y prevenir incendios forestales. La adaptación a las altas temperaturas y la protección del patrimonio cultural son desafíos comunes en la región mediterránea.