Una nueva investigación revela que las heces de ballena juegan un papel crucial en la fertilización de los ecosistemas oceánicos, particularmente en el Océano Austral, una región esencial para el ciclo global del carbono.
Un estudio publicado en Communications Earth & Environment examinó la composición de las heces de ballena y encontró cantidades significativas de hierro y cobre, nutrientes esenciales que a menudo son escasos en los ecosistemas oceánicos. Estos metales, en formas no tóxicas, son esenciales para el crecimiento del fitoplancton, la base de la red alimentaria marina.
El estudio analizó muestras de ballenas jorobadas y ballenas azules, revelando que el hierro y el cobre presentes en sus heces están fácilmente disponibles para el fitoplancton. Este descubrimiento destaca el impacto potencial de la caza de ballenas histórica en el Océano Austral, donde la disminución de las poblaciones de ballenas puede haber interrumpido el ciclo de nutrientes y contribuido a la disminución de las poblaciones de krill.
Los hallazgos enfatizan la importancia de las poblaciones de ballenas para mantener ecosistemas oceánicos saludables y subrayan la necesidad de esfuerzos de conservación para proteger a estas magníficas criaturas.