Taiwán es conocido por su notable biodiversidad, que exhibe una diversa gama de ecosistemas desde selvas subtropicales hasta bosques alpinos de cedros [2, 13]. Más de la mitad de la isla está cubierta de bosques, creando paisajes variados en distancias cortas [2]. Este rico entorno alberga una amplia variedad de flora y fauna, lo que convierte a Taiwán en un destino único para los entusiastas de la naturaleza [7, 8].
Pinglin: Un refugio de antiguos helechos arbóreos
En Pinglin, las estrictas regulaciones ambientales han ayudado a preservar paisajes rurales prístinos, que abundan en antiguos helechos arbóreos [24, 16]. El sendero Jingualiao Fish and Fern ofrece a los visitantes la oportunidad de ver de cerca estos "fósiles vivientes" [24]. Estos helechos arbóreos, perfectamente adaptados al entorno de Taiwán, ofrecen una visión del antiguo pasado de la isla [24].
Alishan: Oolong de alta montaña y bosques de cipreses
Alishan, una región de alta montaña, es famosa por sus antiguos bosques de cipreses y su té oolong de alta montaña [4, 15]. Los productores de té cultivan la tierra a altitudes superiores a los 1.000 metros, donde el aire fresco y brumoso intensifica el distintivo sabor floral del té [4, 15]. Esta combinación única de clima y altitud contribuye a la excepcional calidad del oolong de Alishan [9, 17].
National Geographic destacó a Alishan como una de las joyas ocultas de Taiwán, señalando sus senderos escénicos y su historia forestal [16]. Con sus diversos ecosistemas y su rico patrimonio cultural, Taiwán ofrece una mezcla única de belleza natural e influencia humana [2, 3].