El compromiso con la conservación de la biodiversidad está ganando impulso en Nicaragua y Brasil, ya que ambos países implementan iniciativas significativas para proteger sus ecosistemas y especies únicas.
En Nicaragua, la Reserva Natural Complejo del Volcán Cerro Negro, Las Pilas, El Hoyo y Asososca ha recibido más de 52,000 visitantes a principios de 2025, destacando un creciente interés en el ecoturismo. Con una extensión de 20,584 hectáreas, esta área protegida sirve como refugio para una diversa flora y fauna, ofreciendo actividades como senderismo, avistamiento de aves y sandboarding en el Volcán Cerro Negro, el más joven de Centroamérica.
Mientras tanto, en la región de Pará en Brasil, el Ideflor-Bio ha liderado esfuerzos para recuperar especies en peligro y preservar ecosistemas únicos. Logros notables incluyen la exitosa reintroducción de aves Ararajuba, marcando un hito histórico para la biodiversidad local. Además, las iniciativas para proteger tortugas y monitorear la captura accidental del delfín gris reflejan un enfoque integral hacia la conservación.
Ambos países no solo están abordando desafíos ecológicos locales, sino que también se están posicionando en el escenario global. Nicaragua promueve el ecoturismo como un medio para mejorar la participación comunitaria y la educación ambiental, mientras que Pará recientemente mostró sus proyectos de biodiversidad en la conferencia COP 16, enfatizando su papel en la lucha contra el cambio climático.
A medida que estos países continúan innovando en estrategias de conservación, establecen un precedente para los esfuerzos globales por proteger la valiosa flora y fauna de nuestro planeta.