Un reciente avistamiento del ave monógama, el cuervillo cara pelada (Phimosus infuscatus), ha atraído la atención hacia la riqueza ecológica del Parque de la Biodiversidad en Rivadavia, Argentina. Este avistamiento marca un nuevo registro de especie en esta área protegida, según lo confirmado por la Secretaría de Ambiente de San Juan.
El cuervillo cara pelada, residente de los humedales argentinos, es conocido por su comportamiento monogámico y su capacidad para formar grandes bandadas. Con una longitud de entre 46 y 56 centímetros y un peso cercano a los 600 gramos, es fácilmente reconocible por su plumaje negro o parduzco con reflejos metálicos y su distintiva cara sin plumas de color rojizo o rosáceo.
Este ave es un experto en la búsqueda de alimento, utilizando su pico curvo para escarbar en el barro y el agua en busca de comida, incluyendo lombrices, crustáceos, moluscos y pequeños peces. Su habilidad para detectar movimiento bajo la superficie lo convierte en un cazador eficiente, perfectamente adaptado a los ecosistemas húmedos.
Aunque el cuervillo cara pelada no está en peligro, los humedales que habita enfrentan amenazas significativas. Estos ecosistemas, definidos por la presencia de agua, son esenciales para la biodiversidad, albergando especies migratorias, flora y fauna endémicas y otras en riesgo de extinción. El Parque de la Biodiversidad sirve como un refugio vital para estas aves y otras especies, con sus lagunas y humedales ofreciendo un entorno esencial para la observación de aves y la conservación de la biodiversidad local.
Este avistamiento no solo es una buena noticia para los amantes de las aves, sino que también sirve como un recordatorio de la necesidad de proteger los humedales, que son cruciales para el equilibrio ecológico de nuestra región. Con este registro, el Parque de la Biodiversidad reafirma su importancia como un santuario para la vida silvestre y un ejemplo del compromiso por preservar los ecosistemas esenciales para el futuro del planeta.