Freshkills, una vez el vertedero más grande del mundo, está experimentando una transformación notable en un parque sostenible en Staten Island, Nueva York. Esta área, que recibió hasta 29,000 toneladas de residuos diarios durante más de cinco décadas, es ahora un símbolo de recuperación ambiental y biodiversidad.
Inicialmente un sitio ecológico rico habitado por el pueblo Lenape, Freshkills fue alterado drásticamente en 1948 cuando fue designado como vertedero. La comunidad soportó décadas de contaminación y olores desagradables hasta su cierre en 2001, lo que llevó a un monumental esfuerzo de rehabilitación.
La rehabilitación implicó encapsular los residuos para prevenir filtraciones tóxicas y capturar gas metano para energía renovable. Hoy, el parque está presenciando un resurgimiento de vida silvestre, incluidas aves migratorias, lo que indica una exitosa restauración ecológica.
Diseñado por el arquitecto paisajista James Corner, Freshkills integra elementos naturales con los restos de su pasado. Cuenta con senderos, áreas recreativas y zonas de conservación, fomentando un hábitat próspero para especies locales.
Además, Freshkills sirve como un modelo de sostenibilidad urbana, con iniciativas como un jardín de polinizadores que apoya la flora nativa y una planta de compostaje que enriquece el suelo local. Se espera que el parque abra completamente para 2036, incluyendo áreas de observación de aves, espacios educativos y un memorial para las víctimas del 11 de septiembre, marcando un cambio profundo de residuos a un ecosistema vibrante.