La reciente tecnología de ADN ha revelado hallazgos significativos en un cementerio recién descubierto en Pekín, revelando las complejas relaciones entre dos familias extendidas que vivieron hace casi 3,000 años.
El cementerio, ubicado en el sitio de Liulihe en el distrito de Fangshan, es parte de una gran área de tumbas que se cree perteneció al estado de Yan durante la dinastía Zhou occidental (circa siglo XI-771 a.C.). Este estado fue uno de los siete poderes dominantes durante el período de los Estados Combatientes (475-221 a.C.) y fue finalmente conquistado por Ying Zheng en 222 a.C., quien más tarde fundó la dinastía Qin.
Las investigaciones arqueológicas en el sitio de Liulihe han descubierto previamente restos de palacios y talleres de artesanos, junto con valiosos artefactos de bronce de las tumbas circundantes. Desde 2022, las encuestas en curso se han centrado en identificar reliquias que indiquen la subsistencia de la ciudad, como sitios agrícolas y áreas residenciales.
Las excavaciones han revelado 39 tumbas en un área de 800 metros cuadrados al norte de la ciudad amurallada, con 33 tumbas excavadas que pertenecen a dos familias. Estudios de ADN antiguos han proporcionado información sobre las relaciones familiares de los enterrados.
La tumba más antigua data de la temprana dinastía Zhou occidental, siendo la mayoría de las otras de la etapa media de la dinastía. Los arqueólogos suponen que un canal asociado con el sitio fue abandonado hacia la mitad de la dinastía Zhou occidental, ofreciendo pistas sobre el eventual abandono del sitio.
La mayoría de las tumbas son modestas en tamaño, careciendo de objetos funerarios elaborados típicos de los entierros aristocráticos. Casi la mitad de las tumbas contienen restos de perros, una práctica asociada con la dinastía Shang (circa siglo XVI-siglo XI a.C.) pero menos común entre los Zhou.
Los investigadores sugieren que los individuos enterrados en el sitio eran descendientes del pueblo Shang, a pesar de residir en el estado de Yan. El estudio indica que algunos descendientes de los Shang continuaron habitando la región durante la dinastía Zhou occidental.
El análisis de ADN realizado por la Universidad de Pekín ha iluminado las relaciones entre los enterrados, revelando que las familias, designadas como A y B, estaban relacionadas por matrimonio y abarcaban al menos cuatro generaciones. Notablemente, tres tumbas masculinas de la familia A se identifican como hermanos, con la hija de un hermano enterrada junto a él.
Los hallazgos sugieren que durante la dinastía Zhou occidental, las personas comunes eran enterradas en grupos familiares, como lo demuestra la disposición de las tumbas. Esta investigación ejemplifica un uso significativo de la tecnología de ADN en el estudio arqueológico de la antigua China, marcando un avance importante en la comprensión de las estructuras familiares de la época.