En 2013, investigadores de UC Santa Cruz descubrieron que una leona marina llamada Ronan podía imitar patrones rítmicos de señales musicales. Esto reveló las habilidades musicales y rítmicas del animal.
Ronan podía mover su cuerpo en sincronía con la música, completando cada tiempo con precisión. Peter Cook notó su precisión, con una variabilidad mínima.
Bruce Snowball, un cacatúa, mostró una expresividad rítmica similar. Estos descubrimientos sugieren que los animales tienen capacidades rítmicas complejas, lo que influye en la investigación de la mente y el comportamiento animal.
La capacidad de Ronan para determinar los movimientos con precisión fue notable. Su comportamiento podría ser un precursor de la "capacidad" de nuestros cerebros.
Los investigadores están explorando cómo digitalizar estos patrones. Esto podría aplicarse a la multitarea, el arte y la comprensión de cómo manejamos la información compleja.