Si bien los delfines, los elefantes y los chimpancés a menudo se consideran animales inteligentes, los córvidos, incluidos los cuervos, los grajos, los arrendajos y las urracas, están desafiando estas suposiciones.
Los córvidos exhiben habilidades para resolver problemas, habilidades de comunicación e incluso participan en juegos, rivalizando con los grandes simios.
Los cuervos poseen cerebros que son grandes en relación con el tamaño de su cuerpo, comparables a los de los chimpancés. Demuestran inteligencia mediante el uso de herramientas, como los cuervos de Nueva Caledonia que dan forma a palos en ganchos para extraer larvas.
Los córvidos comprenden la causa y el efecto, como se muestra en estudios donde los cuervos reconocieron que dejar caer una piedra en la arena no elevaría el nivel. También tienen una rica vida social y reconocen a los humanos individualmente, recordando la amabilidad o la crueldad.
Se ha observado a los grajos deslizándose por tejados nevados por diversión, y otros juegan juegos aéreos. Los córvidos también experimentan sueño REM, lo que sugiere que pueden soñar como los humanos.
Poseen una gama vocal compleja, imitando sonidos y comunicándose a través de llamadas, lo que podría indicar una forma rudimentaria de lenguaje. Los córvidos difuminan la línea entre la inteligencia de las aves y los primates, lo que demuestra que la inteligencia evoluciona en diversas formas.