¿Alguna vez has notado que tu perro se queda repentinamente quieto, con las orejas hacia atrás, casi como si dejara de respirar? Este comportamiento se llama congelación, un mecanismo de defensa común en el reino animal. Los perros se congelan cuando experimentan miedo, estrés, ansiedad o incomodidad.
La congelación sirve para varios propósitos dependiendo de la personalidad del perro y la situación. A menudo, se desencadena por algo que se percibe como una amenaza, como un ruido fuerte o un objeto desconocido. Por ejemplo, un perro podría congelarse cuando le pones un abrigo porque se siente antinatural y restringe su movimiento.
Los perros también pueden congelarse al encontrarse con otros perros. Esto puede ser una señal social, y la reacción posterior depende del contexto y la familiaridad entre los perros. El perro podría relajarse, atacar o mostrar sumisión.
La congelación es una de las "tres F" de las reacciones animales al peligro: huir, congelarse y luchar. Algunos perros también podrían usar una cuarta F, "funny" (gracioso), intentando disipar la tensión invitando a jugar.
Para ayudar a un perro que se congela, identifica los desencadenantes. ¿Es la aspiradora, el trueno o un lugar específico? Una vez que conoces la causa, puedes tomar medidas para tranquilizar a tu perro y minimizar su exposición al factor estresante. Comprender la comunicación de tu perro y construir confianza es clave para ayudarlo a sentirse seguro.
Entendiendo el Comportamiento de Congelación en Perros: Qué Significa y Cómo Ayudar a Tu Mascota
Edited by: Olga N
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