La rara orca blanca Frosty vuelve a aparecer en California

Editado por: Uliana S. Аj

Buenas noticias desde California: Frosty, una joven orca blanca de aproximadamente 5 años, ha reaparecido a lo largo de la costa, maravillando a los entusiastas de la vida marina. El 24 de noviembre, los observadores de ballenas de Monterey Bay la avistaron de nuevo durante una salida en barco, y como siempre, su coloración única la hizo inconfundible. Frosty se distingue por su piel clara, que ha fascinado a biólogos marinos y aficionados de todo el mundo desde que se la avistó por primera vez en 2019.

Esta característica es probablemente causada por una anomalía genética llamada leucismo, una pérdida parcial de la producción de pigmento que colorea la piel, similar al albinismo. Sin embargo, otra hipótesis sugiere que Frosty podría estar afectada por el síndrome de Chediak-Higashi, una rara enfermedad genética del sistema inmunológico que también se manifiesta con una pigmentación pálida de la piel.

Evan Brodsky, biólogo marino del Monterey Bay Whale Watch, compartió su entusiasmo por el avistamiento, enfatizando la fragilidad de los animales afectados por estas raras enfermedades. "Las otras dos orcas previamente confirmadas con el síndrome de Chediak-Higashi no sobrevivieron más de cinco años", escribió Brodsky en Instagram. "Cada vez que Frosty es avistada a lo largo de la costa oeste, es un regalo y una celebración."

Frosty fue vista junto a su madre, conocida por el código CA216C, y otros miembros de su grupo, pertenecientes a una población específica conocida como orcas de Bigg. Estas orcas norteamericanas, llamadas así en honor al biólogo marino canadiense Michael Bigg, se mueven en grupos más pequeños y cazan principalmente mamíferos marinos como focas, delfines y otros cetáceos. Según un estudio reciente, podrían incluso representar una especie aparte, Orcinus rectipinnus.

Frosty (cuyo sexo aún se desconoce) y su madre han sido observadas en múltiples ocasiones en los últimos años, en lugares que van desde la frontera mexicana hasta Alert Bay, en Columbia Británica. A pesar de que su coloración particular podría teóricamente hacerla más vulnerable, Frosty parece estar sana, ya que prácticamente no tiene depredadores naturales. Las orcas, de hecho, son superdepredadores en la cima de la cadena alimentaria y pueden cazar mamíferos marinos, delfines, ballenas e incluso tiburones, incluido el más grande del mundo.

La reaparición de Frosty no es solo un evento fascinante para quienes la observan, sino también un recordatorio de la extraordinaria diversidad y belleza de la biodiversidad marina. Esperamos que esta maravillosa orca blanca, amorosamente protegida por su madre y el resto de su familia, continúe nadando por las aguas del Océano Pacífico, encantando a cualquiera que tenga la suerte de encontrarla.

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