Las aguas estaban tranquilas mientras los pasajeros a bordo del Salty Lady comenzaban una excursión de avistamiento de ballenas cerca de las islas Farallon, un refugio marino conocido por su diversa vida silvestre. Dirigidos por naturalistas, el grupo tuvo la suerte de avistar un gran tiburón blanco, añadiendo emoción a su día.
A medida que el barco navegaba por las aguas, los pasajeros estaban ansiosos por ver ballenas. Su anticipación valió la pena cuando, a menos de dos horas de haber zarpado, se avistó la primera ballena jorobada. A lo largo de la excursión, el grupo se encontró con un total de 20 ballenas jorobadas, con momentos de pura alegría mientras las ballenas saltaban y nadaban junto a la embarcación.
Uno de los momentos destacados de la excursión fue un encuentro cercano con lo que parecía ser una madre y su cría, mostrando el fuerte vínculo entre estas magníficas criaturas. Los naturalistas enfatizaron la importancia de estas interacciones, ya que las ballenas jorobadas pueden permanecer con sus crías hasta por seis años.
Mientras el barco exploraba las islas Farallon, los pasajeros aprendieron sobre la ecología local, incluida la presencia de leones marinos y las amenazas que enfrentan por parte de los grandes tiburones blancos. Informes recientes indicaron seis depredaciones en la fauna local, destacando el delicado equilibrio de este ecosistema marino.
Continuando su aventura, el grupo se dirigió hacia la plataforma continental, donde tuvieron la suerte de avistar tres ballenas azules, que medían entre 70 y 80 pies de longitud. Esta impresionante vista culminó un día lleno de encuentros marinos inolvidables.
Al finalizar la excursión, los pasajeros regresaron a San Francisco, enriquecidos por sus experiencias y el conocimiento adquirido sobre la vida marina que habita las aguas de la costa californiana.