El gobierno rumano ha anunciado medidas fiscales para reducir el déficit presupuestario, incluyendo un aumento del tipo general del IVA al 21% y la introducción de un tipo reducido del 11% para ciertos productos y servicios. Esto ha generado preocupación en el sector turístico.
Alin Burcea, presidente de la Asociación Nacional de Agencias de Turismo (ANAT), afirmó que estas medidas afectarán negativamente el poder adquisitivo de la población, lo que conducirá a una disminución del gasto en servicios y turismo. ANAT estima que el turismo interno ya ha disminuido entre un 10-15% en 2024, y esta tendencia a la baja podría continuar en 2025.
El gobierno también planea aumentar los impuestos especiales sobre el alcohol, los combustibles y el tabaco en un 10% y congelar el aumento de las pensiones y los salarios del sector público en 2026. El sector turístico se enfrenta a desafíos significativos debido a estos cambios fiscales. En el contexto de la economía rumana, estas medidas se comparan con las implementadas en otros países de la región, como España o Argentina, y se analizan sus posibles impactos en el crecimiento económico y el empleo, especialmente en zonas de gran dependencia turística.