La 67ª entrega anual de los Premios Grammy estuvo marcada por una mezcla de actuaciones triunfantes y sets poco inspirados. Mientras que veteranos de la industria como Beyoncé y Kendrick Lamar dominaron las principales categorías, estrellas emergentes como Sabrina Carpenter, Chappell Roan y Doechii aportaron energía e innovación al escenario.
Sabrina Carpenter, nominada a varios premios por su álbum "Short n' Sweet", mostró su versatilidad con una actuación al estilo de Lucille Ball, combinando "Espresso" y "Please Please Please" con elementos cómicos y baile de claqué. Chappell Roan, que ganó el premio a la mejor artista nueva, ofreció una interpretación poderosa de su himno de despertar gay "Pink Pony Club" y aprovechó su discurso de aceptación para abogar por mejores condiciones laborales en la industria musical.
Doechii, la autoproclamada "Princesa del Pantano", impresionó con un popurrí de "Catfish" y "Denial Is a River" y se convirtió en la tercera mujer en ganar el premio al mejor álbum de rap. Raye, nominada a mejor artista nueva y compositora del año, ofreció una actuación impresionante de "Oscar-Winning Tears", mostrando su impresionante rango vocal.
Charli XCX aportó un impulso de energía muy necesario con su popurrí "Brat", interpretando "Von Dutch" y "Guess" con un animado séquito y una lluvia de ropa interior. La actuación fue un marcado contraste con la interpretación estática de Billie Eilish de "Birds of a Feather", a la que le faltaba la energía de sus anteriores actuaciones en los Grammy.
Benson Boone y Teddy Swims, ambos conocidos por sus populares sencillos, ofrecieron actuaciones predecibles que no lograron impresionar. La actuación de Boone de "Beautiful Things" pareció repetitiva, mientras que la interpretación de Swims de "Lose Control" carecía del dinamismo del set de Doechii.