A pesar de las predicciones de figuras como Bill Gates, los ingresos y las ganancias de productividad de la IA aún no se han materializado significativamente. El rendimiento de la industria de la IA no está a la altura de las altas expectativas establecidas por sus promotores.
Incluso con inversiones sustanciales, el impacto de la IA en los flujos de ingresos sigue siendo limitado. Las primeras aplicaciones como Watson de IBM se enfrentaron a contratiempos, sin lograr cumplir las promesas iniciales en campos como el tratamiento del cáncer.
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, reconoce que la oferta de IA está superando a la demanda. Las empresas están ralentizando la construcción de centros de datos, lo que indica un posible enfriamiento en las inversiones en infraestructura de IA.
Si bien la IA se muestra prometedora en tareas como generar texto y redactar documentos, su fiabilidad sigue siendo una preocupación. Los costes de los errores en aplicaciones críticas como el asesoramiento médico dificultan la adopción y la rentabilidad generalizadas.
Los ingresos de la IA en toda la industria se estiman entre 30 y 35 mil millones de dólares anuales. Esta cifra podría no justificar el gasto masivo de capital en centros de datos.
Los expertos advierten sobre una posible burbuja de la IA, estableciendo paralelismos con la era de las puntocom. Las empresas de IA más pequeñas son particularmente vulnerables si el entusiasmo de los inversores disminuye.