El mercado de centros de datos en Italia está experimentando un fuerte crecimiento, con una tasa de crecimiento anual entre el 4 % y el 8 %. En 2023, las inversiones alcanzaron los 654 millones de euros, lo que representa un aumento del 10 % en comparación con el año anterior. El valor de los servicios en la nube, tanto privados como públicos, también ha crecido significativamente, alcanzando los 4,8 mil millones de euros, respaldado por aproximadamente 70 operadores activos en el mercado, según Boston Consulting Group (BCG).
En contraste, países como Alemania y los Países Bajos están restringiendo la construcción de nuevos centros de datos debido a preocupaciones sobre las emisiones, el consumo de agua y la estabilidad de la red. BCG enfatizó la necesidad de descentralizar la infraestructura para reducir la latencia en la transmisión de datos y abordar problemas de seguridad, lo que ha llevado a hiperescaladores como Amazon y Microsoft a invertir en el sur de Europa, incluyendo Italia y España.
A medida que la capacidad energética consumida por los centros de datos italianos crece, BCG afirma que es necesario acelerar el desarrollo de regulaciones específicas para gobernar el sector, apoyar su transición y facilitar sus ambiciones de crecimiento. Actualmente, el consumo energético es de 430 MW, equivalente al 3 % del consumo eléctrico nacional. BCG aboga por un marco regulatorio adaptado a los centros de datos, que aún se consideran edificios industriales genéricos sin un código de clasificación específico.
Las opciones emergentes para satisfacer las crecientes demandas energéticas de los centros de datos incluyen reactores modulares pequeños (SMR), que pueden proporcionar energía continua y de bajas emisiones de carbono. Google y Amazon han firmado acuerdos para promover el desarrollo de SMR, diseñados para ser más rentables, más rápidos de construir y más seguros que los reactores nucleares tradicionales. BCG concluyó que la respuesta de los líderes de empresas energéticas, gigantes de la IA y usuarios finales a este panorama en rápida evolución dependerá de los contextos regionales, con regulaciones que podrían priorizar ciertas tecnologías climáticas sobre otras.