Alemania enfrenta desafíos económicos antes de las elecciones ante la caída del crecimiento

Editado por: Elena Weismann

La economía alemana contrajo por segundo año consecutivo en 2024, con una disminución del 0,2 % tras una caída del 0,3 % en 2023, marcando la primera contracción de dos años desde 2003, según la agencia federal de estadísticas Destatis.

Este descenso contrasta fuertemente con el de EE. UU., que ha experimentado un crecimiento robusto durante el mismo período. Factores como la creciente competencia para las exportaciones, el aumento de los costos de energía y las tasas de interés sostenidas en niveles elevados han obstaculizado la recuperación económica de Alemania.

Salomon Fiedler, economista de Berenberg Bank, señaló que numerosos factores están frenando el crecimiento, sugiriendo que un regreso a las tasas de crecimiento anteriores es poco probable. La economía alemana, que alguna vez fue un modelo en Europa, ha tenido dificultades desde 2018, cuando el aumento del proteccionismo global comenzó a afectar su mercado orientado a las exportaciones.

La producción industrial sigue estando significativamente por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, con una caída del 15 % registrada en noviembre en comparación con 2017. El sector automotriz, un componente crítico de la economía, también ha tenido dificultades para adaptarse a la producción de vehículos eléctricos, lo que ha llevado a reducciones de personal en grandes empresas como Volkswagen.

De cara al futuro, el banco central de Alemania, el Bundesbank, prevé un crecimiento de solo el 0,2 % en 2025, mientras que el Instituto de Kiel pronostica estancamiento para este año. El potencial de nuevos aranceles de importación de EE. UU. bajo la administración Trump entrante podría agravar aún más la economía alemana, reduciendo el PIB hasta en 1,2 puntos porcentuales.

Se espera que la situación económica influya en el sentimiento de los votantes en las elecciones nacionales programadas para el próximo mes, especialmente tras el colapso de la coalición gobernante. Un nuevo gobierno podría considerar aflojar las restricciones fiscales para estimular la inversión pública, especialmente en defensa.

Con la expectativa de que el Banco Central Europeo reduzca las tasas de interés este año, hay esperanzas de una estimulación económica. Sin embargo, el potencial de un parlamento fragmentado podría complicar la elaboración de políticas, especialmente con el ascenso de partidos de extrema derecha o extrema izquierda.

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