La libra esterlina subió hoy a un máximo semanal frente al dólar estadounidense, alcanzando 1,2548 $, su nivel más alto desde el 31 de diciembre. Este aumento se produce mientras los operadores se preparan para posibles impactos de los aranceles propuestos y las preocupaciones inflacionarias en curso.
El ascenso de la libra ocurre en un contexto de incertidumbre, influenciado especialmente por las propuestas arancelarias del presidente electo Trump. Aunque Trump ha desestimado los informes sobre aranceles dirigidos a importaciones clave, sus planes iniciales sugirieron un impuesto global del 10 % y un arancel significativo del 60 % sobre bienes chinos. Estas propuestas han elevado las expectativas de inflación y respaldado la reciente fortaleza del dólar.
En el Reino Unido, los operadores están inquietos tras una revisión a la baja del PIB para el tercer trimestre. Las discusiones dentro del Banco de Inglaterra sobre posibles recortes de tasas de interés han aumentado esta inquietud. Las predicciones actuales del mercado indican una posible reducción de 56 puntos básicos este año, además de una reducción de 50 puntos básicos anticipada para 2024. La inflación persistente en el Reino Unido, especialmente en el sector de servicios, plantea riesgos inflacionarios adicionales que podrían influir en el tipo de cambio euro/libra esterlina.
El reciente aumento de la libra subraya la compleja interacción de las fuerzas del mercado. La combinación de implicaciones arancelarias y temores inflacionarios derivados de las políticas de Trump ha creado una atmósfera de negociación volátil, destacando la importancia de monitorear los factores geopolíticos que afectan la dinámica de las divisas.
A una escala más amplia, los movimientos de divisas impulsados por cambios de políticas y pronósticos económicos están preparando el terreno para cambios significativos en el mercado. A medida que el Banco de Inglaterra considera más decisiones de tasas en medio de la inflación persistente y con el presupuesto del Reino Unido a la vista, los operadores globales están observando de cerca las posibles repercusiones en el comercio internacional y las estrategias de inversión.