Las empresas británicas han reducido el número de empleados a un ritmo récord en casi cuatro años, con un aumento de precios y un creciente pesimismo sobre el panorama económico, atribuido en gran medida a los recientes aumentos de impuestos del nuevo gobierno.
El índice PMI compuesto preliminar de S&P Global para diciembre se mantuvo en 50,5, justo por encima del umbral de no cambio de 50,0, pero por debajo de las expectativas de los economistas de 50,7. La actividad manufacturera cayó a su nivel más bajo en 11 meses, en 47,3, mientras que el sector servicios vio una ligera mejora a 51,4 desde 50,8.
El empleo en ambos sectores se contrajo significativamente, marcando la mayor disminución desde enero de 2021, durante la pandemia de COVID. Chris Williamson, economista jefe de S&P Global Market Intelligence, comentó sobre la sombría situación, señalando que las empresas enfrentan una combinación de crecimiento económico estancado, disminución del empleo y aumento de la inflación.
El anuncio del presupuesto de la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, el 30 de octubre, introdujo mayores contribuciones a la seguridad social, lo que contribuyó a un sentimiento negativo entre las empresas. Muchas compañías optaron por no reemplazar al personal que se iba, resultando en la mayor caída del empleo desde la crisis financiera global de 2009, excluyendo el período de pandemia. Algunas empresas también redujeron las horas de trabajo y llevaron a cabo reestructuraciones planificadas.
Otras encuestas indican una disminución en las intenciones de contratación tras el presupuesto, y los datos oficiales mostraron una contracción económica en septiembre y octubre, marcando las primeras caídas mensuales consecutivas desde el inicio de la pandemia.
El PMI sugiere una economía estancada en el último trimestre de 2024, con posibles caídas adicionales esperadas a principios de 2025. Se espera que el Banco de Inglaterra sea cauteloso con respecto a las reducciones de tasas de interés debido a los signos de aumento de la inflación, lo que podría agravar los riesgos de recesión económica en 2025.
Los precios cobrados por las empresas aumentaron al ritmo más rápido en nueve meses, impulsados por mayores costos de insumos, incluidos los salarios. Las nuevas órdenes cayeron por primera vez en más de un año, lideradas por el sector manufacturero, que se vio afectado por una disminución de la demanda de clientes en otras partes de Europa. Las expectativas para el próximo año son las más bajas desde diciembre de 2022.
Se espera que el Banco de Inglaterra mantenga las tasas de interés actuales durante su reunión de diciembre, mientras los inversores observan de cerca cualquier señal de preocupación sobre la caída del mercado laboral, lo que podría elevar las expectativas sobre recortes de tasas más rápidos.