Los bancos argentinos están disminuyendo gradualmente su exposición al sector público, con cifras actuales que muestran una caída al 38,7 % de los activos totales, desde el 51,3 % en abril. Este cambio refleja una reducción de 3,5 puntos respecto al mes anterior y señala una mejora significativa en la credibilidad del sistema financiero.
La disminución de la exposición al sector público se produce a medida que el país se aleja de un entorno de alto riesgo, exacerbado anteriormente por un gran déficit fiscal que requería una amplia emisión de bonos. El último informe de Econviews destaca que los bancos públicos aún tienen la mayor parte de los activos del sector público, mientras que los bancos de capital extranjero muestran una mínima participación.
En contraste, el crédito al sector privado está en aumento, impulsado por expectativas de inflación a la baja y tasas de interés más bajas. Tanto los préstamos como los depósitos han superado la inflación, con un crecimiento del 8,7 % en los activos totales del sistema financiero en términos reales mes a mes. Sin embargo, el tamaño total de los activos sigue siendo un 3,2 % menor que hace un año y casi un 20 % inferior al máximo observado en agosto de 2018.
Funcionarios bancarios han señalado una escasez de liquidez en pesos, a pesar de una abundancia de liquidez en dólares atribuida a reformas financieras recientes. Se están llevando a cabo discusiones sobre la posibilidad de ampliar el uso de préstamos denominados en dólares a sectores como el inmobiliario, aunque esto conlleva riesgos debido a desajustes en las monedas.
El aumento en los precios de las acciones de los bancos, con ganancias de alrededor del 250 % esperadas en 2024, señala una recuperación en los balances bancarios, impulsada por medidas del Banco Central de Argentina (BCRA) y mejoras en las finanzas públicas. A medida que los bancos aumentan los préstamos, también están vendiendo parte de sus tenencias, particularmente las LEFI, que están siendo pagadas en pesos por el BCRA.
Este cambio estratégico tiene como objetivo continuar reduciendo la exposición al sector público mientras se mejora la estabilidad general del sector bancario.