La dieta mediterránea ha sido nombrada la mejor dieta del mundo por octavo año consecutivo, reconocida por su potencial para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, demencia y diabetes, al tiempo que promueve la longevidad. La clasificación anual de US News & World Report otorgó a la dieta 4,8 de 5 estrellas, destacando su integridad nutricional, beneficios para la salud y sostenibilidad a largo plazo.
La dieta enfatiza los productos frescos de temporada, los granos integrales, las legumbres, los frutos secos y el aceite de oliva como la principal fuente de grasa. También incluye cantidades moderadas de pescado, aves y huevos, al tiempo que limita la carne roja, los dulces y los alimentos procesados. Los expertos aconsejan apuntar a un equilibrio de macronutrientes de 40% de carbohidratos, 40% de grasas saludables y 20% de proteínas.
A diferencia de las dietas restrictivas, el enfoque mediterráneo ofrece pautas adaptables adecuadas para diversas cocinas y estilos de vida. Los estudios demuestran que mitiga las afecciones crónicas y mejora la calidad de vida. Si bien el vino tinto es aceptable con moderación, se debe evitar el consumo excesivo de alcohol, la mantequilla, los productos lácteos enteros y las bebidas azucaradas. Consulte a un profesional de la salud antes de realizar cambios dietéticos significativos.